Día 7: Amsterdam, alrededores

Tras despertarnos, a desayunar, ya que a las 9’30 salía la excursión hacia la “Holanda del Norte”, ninguno de los trayectos fue superior a los 30 minutos, así que no se hizo nada pesado.

Empezamos en un pueblo lleno de molinos llamado ZAANSE SCHANS, donde se visita uno, en concreto el que nosotros visitamos hacia pinturas de tinte, el molinero te explica el funcionamiento y cosas como que el pueblo lo mantiene prácticamente el gobierno para preservar los molinos; al final acabamos subiendo fuera y nos enseñaba como se giran las aspas para aprovechar siempre el viento. Este pueblecito es muy bonito y tranquilo.





Luego seguimos hasta el Gran Dique del Norte, lo increíble de esta construcción es que se hizo antes de la segunda guerra mundial y no llegó a ser bombardeado; menudo viento en la parte que da al mar abierto.

También se visita una fábrica de quesos, en la que cuentan muy rápidamente la elaboración y luego pasas a la tienda, siempre hay alguna de estas en todos los circuitos.

Ya se iba acercando la hora de la comida y tocaba visita a VOLENDAM, pueblo típico pesquero y católico, aquí echamos mano del picnic para aprovechar mejor el pueblecito y verlo tranquilamente, eso sí, después nos tomamos una cerveza, acabamos en un bar de lugareños, porque huyendo de las terrazas al sol del paseo acabamos en un bar de pueblo con los abuelos, de lo más típico. El pueblecito es bonito, lo que pasa que al ser fin de semana y hacer tan buen sol, estaba lleno de gente.



Después seguimos hacia MARKEN, pueblecito pequeño y este protestante, aquí estábamos mucho más tranquilos. A pesar de estar cerca del pueblo anterior, el clima era bastante diferente, no hacía tanto sol y soplaba más viento, por algo era que las terrazas de Volendam estaban llenas. El paseo fue una gozada ya que íbamos prácticamente solos. Aquí cuando bajamos del autobús como hacia sol dejamos chaquetas y paraguas, y fue entonces cuando nos dimos cuenta de la que guía (para esta excursión hay una guía autóctona) no soltó nunca su paraguas, por algo será.






Tras esta excursión sobre las 6 y algo de la tarde, llegamos al barco y dimos por finalizado el día turístico; recordamos que esta es la única excursión que no iba incluida en el precio del crucero.

Sobre la 8 se celebró en el salón el cóctel de despida, que la verdad pone un poco triste, porque ves como se va acabando la semana; y luego a cenar.

Tras la cena hubo un Show genial, en el que intervienen desde la animadora y los guías, hassta los camareros y gente del crucero. El resultado es un show, que tiene mucho de improvisación, pero que hace que pases un rato muy divertido; tras las risas nos tomamos las últimas cervezas en el barco y echamos los últimos bailes.

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