Día 5: Amberes - Rotterdam

Este día se está prácticamente todo de navegación, pero como siempre vas viendo paisaje no se hace pesado; es muy relajante ver el paisaje con esa velocidad tan baja, ya que su velocidad máxima de navegación son 15-20 km/h.


Después del desayuno nos informaron de la excursión de la Holanda del Norte, que se realiza el sábado desde Amsterdam, las guías cuentan lo que se va a ver y uno decide si quiere apuntarse o no; al final la mayoría se apuntaron, la excursión valía 50 € e incluía una comida picnic.

Más tarde, a mitad mañana o así, la degustación de cervezas, que vale 5 € y se apunta quien quiere, si el tiempo lo permite se suele hacer en la terraza de cubierta, pero aunque no llovía el día algo fresquito, así que fue en el salón. Se prueban unos 5-6 tipos diferentes de cervezas, y mientras van sirviendo cada una cuentan, su graduación, y otras cosas interesantes sobre la cerveza en cuestión; no te dan todo el botellín, porque sino menuda cogorza, pero la verdad que para los que nos gusta la cerveza se pasa un buen rato. Y con la media chispa puesta, ya se nos hizo la hora de la comida.

Sobre las 4 de la tarde se empieza a llegar al puerto de Rotterdam, se empieza, porque siendo el primero de Europa os podéis hacer una ligera idea de las dimensiones que tiene aquello, desde que empiezas a entrar hasta que llegas a la ciudad; cuando se llega a lo que más o menos es la ciudad, el barco da un paseo panorámico para que se puedan ver algunos de los edificios, y luego ya vuelve a su punto de atraque.





A las 6 de la tarde estamos bajando para la visita panorámica, lo primero son como no, las casas cúbicas, visitamos una por dentro (se pagaba, pero era poco), de visitar son graciosas y curiosas, pero pensar que ahí vive gente se nos hace bastante raro; el cubo en si es un triplex, nos dijeron lo que valían, que ahora no recordamos, pero lo que sí recordamos es que nos pareció una verdadera burrada para lo que tiene la vivienda.



Luego seguimos viendo algunas cosas más de la ciudad, a la mayoría no nos gustó nada esta ciudad, sus edificios son completamente modernos tienen muy pocos antiguos, era algo que ya sabíamos; por si alguien no lo sabe, la ciudad de Rotterdam fue asolada durante la segunda guerra mundial en un 90%, así que todos los edificios son nuevos, es una ciudad muy moderna.

Después al barco que en unos momentos nos esperaba la cena y tras la cena nos fuimos a dar una vuelta porque había una zona de bares que nos pillaba bastante cerca, y tras otra cervecita, al barco; unos bailes, un rato mas de tertulia, unas cervezas y a dormir.

Rotterdam es una ciudad, que a no ser que te guste mucho la arquitectura moderna, te deja un poco indiferente, es como un poco fría.

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