Día 6: Rotterdam - Amsterdam

Hoy como llegamos a Amsterdam en el barco se celebraba el día holandés, todo era naranja. Como se llega a Amsterdam a hora de comer, tocaba otra mañana de navegación, pero como ya hemos dicho antes, llega a gustar; uno está acostumbrada a ir en bus viendo el paisaje, y al final te cansas, pero en el barco por canales, puedes pasear un poco, tomar algo, es completamente diferente.




Uno de los entretenimientos de esta mañana es la visita del puente de mando, evidentemente a turnos, porque claro este puente de mando es pequeñito como el barco. Y luego Lorena nos hizo una charla con diapositivas sobre Van Gogh.


A la hora del aperitivo empezaba la fiesta holandesa, en el que nos pusieron música holandesa y la animadora disfrazada de holandesa, nos sacaba a todos a bailar; finalizamos con un brindis de una bebida totalmente desconocida para nosotros, que era de color totalmente naranja, pero fuerte fuerte. Un rato después a comer.


Tras la comida visita guiada a la ciudad de Amsterdam, aparte de las miles y miles de bicis, que aunque ya lo sabes hay que verlo, llama la atención que el tiempo de los semáforos en verde, está calculado para las bicis, porque el peatón siempre acaba corriendo.



Esta ciudad en sí, no tiene ni grandes plazas ni grandes monumentos representativos, para nosotros sus canales y sus puentes es su atractivo; tras al paseo y las explicaciones de Lorena, que finaliza en el Mercado de las Flores, teníamos un par de horas libres hasta la cena; nosotros aprovechamos para las compras, ya que en esa zona hay un montón de tiendas y no hace falta buscar más, y ya luego tranquilamente paseando volvimos al barco haciendo fotos.




Mucha gente tenía interés de ver la casa de Ana Frank, pero cuando vieron las colas se les quitó la idea, las guías nos dijeron que siempre suele tener unas colas impresionantes. Nosotros quisimos visitar una Casa Bote, que es un museo, pero es que resulta que cerraba a las 5, y así no hay quien visite nada.



El tema de los souvenirs (no es que seamos unos compradores compulsivos, pero si nos gusta traernos algo para nosotros y la familia), nos decepcionó bastante; quizá sea porque en febrero estuvimos en Paris y allí es impresionante. Bueno aquí yo creo que la estrella, aparte de los tulipanes, son unas zapatillas de ir por casa con forma de zueco holandés.

Como era el día holandés, había que ponerse algo naranja para le cena, nosotros ya habíamos previsto algo así y nos habíamos traído unas camisetas naranjas.

Después de la cena teníamos reservado todo el grupo un crucero nocturno por los canales, al principio estaba anocheciendo pero luego cuando se hizo completamente de noche, la ciudad queda un poco oscura, pero bueno de todas formas estuvo bien el paseo, además como el barco era sólo para nosotros las risas no faltaban.

Y después la otra sorpresa que nos tenían preparadas las guías, un paseo por el Barrio Rojo, hoy en día no es peligroso, la única advertencia que hicieron los guías e insistieron, es el tema de no hacerles fotos a las chicas, ni siquiera llevar la cámara enchufada, mejor si está guardada: lo de las fotos es algo que está totalmente prohibido. Esta noche cobrará protagonismo Sergio (aún no habíamos hablado de él), que era un guía que no estaba ejerciendo; venía de hacer otro crucero y en este se estaba preparando, para la próxima semana ser el uno de los guías.

Primero nos contaron un poco la historia y luego fuimos paseando tranquilamente, hoy en día es súper tranquilo, hay mucha policía, bueno pues viendo escaparates y bares, porque igual hay un escaparate con chicas que un bar de copas, llegó un momento por el que pasábamos por un callejón estrecho estrecho; iban 2 guías por delante, la animadora por el medio y Sergio por el final, al poco de salir del callejón nos paramos para reagruparnos, pero vimos que la gente tardaba mucho; y es que resulta que uno del grupo intento grabar con la cámara de video a una de las chicas, ella se dio cuenta y salió como una loca a atizarle, pero el que se llevo el coscorrón fue Sergio, y menos mal que estaba el allí porque hablo con ella en inglés y al final la convenció de que no llamara a la policía; porque si las chicas llaman a la policía acude rápidamente

Imaginaos pobrecillo que susto, ya se veía en comisaría con el tonto de la cámara de video, porque claro ellos como guías son responsables; al final no paso a mayores y ya una vez todos juntos de nuevo volvimos al barco, y claro ya teníamos tema de conversación toda la noche. Sergio decía que en el próximo viaje se pondría más duro con lo de las cámaras.

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